martes, 8 de abril de 2008

El Arte y la Educación


Creo que el arte es esencial en el desarrollo de las personas, tanto como hablar, calcular, escribir o conocer de ciencia. Sí, porque a través del arte podemos expresar nuestras emociones, nuestros pensamientos, aprendemos a conocernos e imaginar también como resolver diversas situaciones.

Nos sensibiliza para percibir la belleza de la naturaleza, de un sonido, de una imagen, una palabra, de un movimiento...

Moviliza nuestra inventiva y nuestra capacidad de crear y descubrir nuevas maneras de abordar la realidad y lo cotidiano.

El arte nos da una actitud frente a la vida. Nos entrena para imaginar respuestas originales y que tendrán que ver con la sensibilidad, el carácter, el modo de ser de cada uno.

Estoy convencida que el arte debe acompañar al niño desde su más tierna edad, porque es un medio de ir reconociendo el mundo que lo rodea y hacerlo propio. Así como le pone nombre a los objetos, también va plasmando imágenes que se enriquecen y llenan de detalles en la medida que se desarrolla. En este descubrir los colores, las formas y las relaciones entre ellos, el niño va estableciendo prioridades, va desarrollando conceptos y expresando emociones. Con toda su capacidad de abrirse a un mundo nuevo para él, lo va conociendo, manipulando y va adquiriendo seguridad.

En el arte hay algo como mágico, todo es posible, hasta lo imposible. Los hombres pueden ser azules, y los peces volar, los elefantes bailar ballet y los perros tener tres caras... todo es posible... y dependerá de cada uno... Cuando se hace arte, el artista por un momento juega como si fuera Dios, porque pone las leyes del juego que en ese momento quiere jugar.

Pero este juego de imaginar prepara al niño, al joven y al adulto ¿porqué no también? en adquirir la capacidad de afrontar situaciones y resolverlas de un modo no convencional pero eficiente.

La actitud creativa, la capacidad de imaginar es esencial para una vida plena. Hace que el día de mañana, el adulto esté más preparado para asumir los problemas que poco a poco irá encontrando en su camino.

El desafío ante lo nuevo o ante lo que parece no tener salida debería poder vivirse como un estímulo. Lo ideal sería que en un grupo cada uno encontrara distintos modos de resolver lo mismo. Desarrollar la actitud creativa es importante para todos, ayuda a que cada uno sea más persona. Un niño creativo es alguien que cuestiona, que se pregunta porque así, porque no de esta otra manera.

Creo que no siempre los adultos han entendido bien esto del arte. Por un lado están las matemáticas, la lengua, la ciencia y por el otro lado el arte como algo que “adorna” o que es sólo para “unos pocos”. Creo que es un error. Es un error creer que las matemáticas se estudian y que para el arte se nace...

No es cierto. Basta leer la biografía de artistas famosos para descubrir que además de la posible habilidad esa persona comprometió enorme cantidad de horas, días y años para lograr su excelencia. Es más, algunos teniendo la habilidad la desperdiciaron y otros a pesar de tener dificultades lograron la habilidad gracias a un enorme y persistente esfuerzo que lo sostiene su pasión.

Está bien, convengamos que no todos podrán ser un Miguel Ángel o un Bethoven. Sin embargo, si desde niños se los motiva, tendrán la posibilidad de desarrollar la imaginación. Con el tiempo iran teniendo actitud creativa que será una actitud francamente positiva, emprendedora en su vida de adulto. Y ello es lo importante.

En la escuela, como en la familia debemos formar para la vida, por eso importan los valores, el temple, la actitud frente a las cosas. La vida depende de cada uno. No hay un comercio donde se puede ir a comprar una clase de vida determinada y no hay por que aceptar los hechos como vienen, creyendo que no puede hacerse nada para cambiarlos.

En realidad la obra artística más importante que cada ser humano realiza es su propia vida, por ello, no sólo debemos acompañar a los niños y a los jóvenes a adquirir conocimientos sino también, a desarrollar actitudes que les permitan movilizarse para lograr sus objetivos, sus sueños.

Alguna vez escuché a un médico mexicano que hablando a los adolescentes les decía "sueñen, están en la edad de soñar... Que lo que hoy sueñen, lo serán mañana..."

Creo que el arte permite a las personas eso, soñar, imaginar, sí, hasta lo imposible...Luego será el momento de imaginar cómo y por último, habrá llegado el tiempo de hacer.

A un científico, un abogado, o un comerciante no le basta saber ciencia, leyes o comercio. Debe tener la capacidad de poder imaginar nuevas respuestas, nuevas propuestas frente a un mismo problema. Si nos ponemos analizar, el arte forma parte de nuestra vida cotidiana. Es una actitud de vida. Cuando nos relacionamos con nuestra pareja, con nuestros hijos, el cirujano en una situación quirúrgica, cuando la ama de casa con unos pocos elementos crea una deliciosa comida.

A veces tenemos la necesidad de poner etiquetas a todo y crear compartimentos estancos. El ingeniero sabe matemáticas, el médico de biología, el artista de colores o de música.

La vida no es así. Necesitamos saber matemática aunque no seamos ni ingenieros ni contadores. Debemos conocer sobre nuestros cuerpos y sobre los elementos aunque no seamos médicos. Todos de una manera u otra tenemos nuestra música y colores. O acaso, cada uno no tiene su propio ritmo, su particular modo de moverse o de decorar su ambiente. Lo que pasa es que cada persona organiza sus conocimientos según sus necesidades o prioridades.

Hoy, que vivimos en el mundo de la información, que la recibimos a través de textos pero también a través de los sonidos, la voz y las imágenes, debemos conocer y apropiarnos de los distintos lenguajes, para desempeñarnos con solvencia y poder disfrutar de nuestras experiencias de vida.

Quien es imaginativo, tiene más facilidad de tomar distancia, probablemente tenga la capacidad de sonreír, de tener humor y quien sabe reír de sí mismo, puede rever lo hecho y rehacerlo. Frente a lo difícil, lo que parece sin salida, es vivido como una nueva encrucijada, un nuevo desafío...no produce frustración sino que moviliza a vencerlo. Es lo que siente un deportista ante un rival muy poderoso, se plantea que hacer para vencerlo, primero entrenarse y luego utilizar no sólo la razón sino también la intuición, la percepción de lo que es mejor en cada instante y no duda en cambiar ante un error para superar las circunstancias.

Creo que esta actitud, de juego, de desafío, de esfuerzo, de curiosidad, de aventura es lo que se debe redescubrir en la escuela, en la educación.
Es estupendo tener la actual tecnología pero también saber que se puede prescindir de ella y resolver un sin número de situaciones.

Me parece increíble escuchar a niños y jóvenes que poseyendo numerosos objetos, están aburridos. Si comenzaran a observar la naturaleza, empezarían a descubrir hechos que desconocían o si a partir de los objetos que poseen inventaran uso nuevos.

Lo esencial es que favorece una actitud para la vida. Personalmente creo que el arte no es todo, pero colabora en formar personas abiertas, flexibles, activas y por ello, debe ser parte esencial de la educación escolar, al igual que los otros conocimientos.

Todos sabemos que las personas somos un todo extremadamente complejo, que cada una de sus partes deben jugar dentro de él como el violín, el piano o la flauta en una orquesta. Me imagino que cada persona es su propio director de orquesta pero para ello, debió entrenarse por años.

Cada niño debe prepararse para ser su mejor director de orquesta y los adultos, padres, educadores, familia debemos acompañar en este desarrollo, convencidos que nadie puede hacerlo por otro. Nosotros podemos crear el campo propicio para generar interés, autoestima y ganas de "ser" ese ser que hemos sido llamados a ser.

Diana Arroyo